Existió un chico que visito a la tristeza y se paso la vida buscando la felicidad eterna, pudo encontrarla por el camino fácil, si se hubiera dejado llevar por el énfasis, metiéndose sustancias para adquirir alegría con fecha de caducidad, no se rindió, vagabundo astuto con filosofía astuta, no se guiaba por señales creaba su propia ruta, por larga que sea por mucho que cueste, si te encuentras en la oscuridad no huyas, no corras, busca la luz hasta llegar a tu sueño, caminaba entre la oscuridad y con una luz cegadora encontraría su felicidad. Aquel chico se curraba una sonrisa, aquella persona que calzaba un cuarenta y cinco y se compraba zapatos de la talla treinta y nueve para al llegar a casa y descalzarse suspirar de alegría y así sonreír y encontrar una luz parpadeante, una pequeña alegría que dura poco tiempo pero logras escapar por segundos de la tristeza, cueste lo que cueste no importa todo lo sufrido si la recompensa es satisfactoria y te das cuenta que en los momentos que has sufrido para llegar a la luz han merecido la pena , parece anecdótico pero si existen personas que buscan el placer absoluto en métodos rebuscados, raros e indiferentes y yo soy una de esas personas, sufro mientras camino en la oscuridad, oscuridad transformada en soledad, camino hasta encontrar la luz bueno en este caso la luz eres tú.

Alejandro García, estoy enamorado de esa luz.

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Comparaciones que intentan ser odiosas o diosas que intentan comparar.