Alejandro y yo.

Alejandro es un chico rubio de ojos azules, prototipo de chico al que muchas mencionan, risueño, vive esperando a que curen todas sus heridas, se imagina un mundo sin guerras, amores verdaderos y cuentos de rosas, ve el mundo del revés, simpático con aquel que lo es. Echa en falta una caricia, un abrazo y un beso, un beso de esos que quedan en tu retina, esos que no quieres que acaben, que quedan en mente, lo que ayer era romántico hoy en día es un demente. El nuevo prototipo le llama la atención, debes saber hacer sufrir y ser el más cabrón, le entran ganas de echar la pota, la más guapa con el más guapo no, la más guapa con el más idiota. Echa en falta los buenos tiempos, cuando rompía pétalos de flor, cuando veía más allá del amor, cuando un día en el parque con los amigos era lo mejor, cuando no existían daños, cuando solo se iba al cine para celebrar cumpleaños. Ese es Alejandro, lo llamamos el intruso, porque con catorce años sigue siendo un iluso, todavía está confuso por lo de que una chica perdone un abuso. No lo ve con claridad, que niñas de temprana edad pierdan la virginidad y así es él, pequeño inconformista, dice que va a dejar de ser tan detallista y ser menos atento, dice que bajará de las nubes para vivir en otro cuento. Bueno y de mi no hay mucho que decir, yo soy Alejandro.

Alejandro García, Ahora está de moda ser el malo, el más villano, el más cabrón…

0 comentarios:

Podría ser...

Comparaciones que intentan ser odiosas o diosas que intentan comparar.